Quién soy
Soy alguien que ha decidido empezar esta página/blog para poner orden a sus ideas y, de paso, proponerme algún que otro reto. Con suerte, quizás incluso pueda servir de algo a alguien que lo lea.
De momento, me presentaré adaptando la presentación que di en mi primer proyecto de Toastmasters (el rompehielos), que espero disfrutes leyendo.
INFLUENCERS
Empecemos con esta palabra.
Influencer es un término que, os suene o no, parece estar de moda.
Se suele usar para personas con miles o millones de seguidores en las redes sociales, y cuyas acciones influyen en qué consumen o qué ideas tienen sus seguidores. Es una categoría de personas que abarca desde presentadores de televisión, deportistas o cantantes, hasta personas que eran desconocidas hasta hace bien poco y que se han hecho tremendamente populares a raíz de compartir sus vidas y hobbies online.
Pero no hace falta irnos a esas personas para hablar de influencers. Yo estoy seguro que todos hemos tenido en la vida familiares, amigos, hasta libros o series de televisión, que nos han influido de un modo u otro (por ejemplo, empecé a leer a Jane Austen tras ver un episodio de Gilmore Girls, T1E18).
Pues bien, hoy vengo a hablaros de cómo personas, sin saberlo ni pretenderlo, han hecho que yo hoy esté donde estoy.
Qué camino tomar
Recuerdo los últimos años de instituto, en bachillerato, en los que ni siquiera me había planteado si iba a ir a la universidad, y mucho menos qué carrera estudiar. Me gustaban varias asignaturas muy dispares entre sí, y no veía a qué podría dedicarme en el futuro, pero tuve una profesora, E. Toba, que me dio Biología y Ciencias de la Tierra los dos últimos años y que, con su manera de dar clases y su sarcasmo, acrecentó mi interés en estas materias.
Cuando llegué al momento de elegir qué carrera estudiar, me decidí por ir tachando de la lista donde aparecían todas las carreras disponibles hasta quedarme con tres: Ciencias del Mar, Ciencias Ambientales y Biología. Como en Cádiz se ofertaba la doble licenciatura en Mar y Ambientales pensé, ¡menos opciones para equivocarme si elijo dos en vez de una!
Y así es como llegué de Algeciras a Puerto Real (Cádiz), donde he conocido a personas estupendas que se han convertido en amistades para toda la vida.
Descubriendo mundo
Arriba-izq.: el día que echamos la solicitud para la beca Erasmus; arriba-der.: en Suecia (beca Erasmus); abajo-izq.: Brasil (beca Bancaja); abajo-der.: Barcelona (beca Séneca).
Una de estas amigas fue M. M. Cabello de Pando, y ha influido completamente en mi vida. Nunca me había planteado especialmente irme de intercambio de estudios, pero en tercero de carrera, compartiendo piso con ella, me explicó no solo por qué era lo mejor que podía hacer, sino además por qué debía tratar de irme al país que menos tuviese que ver con España.
Así es como acabé al año siguiente en Uppsala, Suecia. Pero tanto me gustó la experiencia que, beca tras beca, he acabado estudiando también en Florianópolis (Brasil) y Barcelona.
Un sueño cumplido
Fue durante mi último año en la universidad cuando comencé a preocuparme más sobre qué hacer al acabar y dónde buscar trabajo o prácticas.
Un día, atreviéndome a soñar quizás, empecé a preguntarme cómo haría la gente para trabajar en lugares como Naciones Unidas, y hasta le pregunté a alguna profesora en Barcelona, aunque no recuerdo ni qué fue lo que me respondió.
Acabé mis estudios y, cosas de la vida, un email apareció en mi correo ofreciendo una beca para ir a Roma a trabajar como asistente técnico en la Representación Permanente de España ante la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) y el PMA (Programa Mundial de Alimentos).
Tras 10 meses como asistente, conseguí entrar en un pequeño equipo que estaba empezando dentro de la propia FAO, donde he estado poco más de 2 años trabajando principalmente sobre pueblos indígenas y el Año Internacional del Suelo que se celebró en 2015.
¿Y ahora qué?
Cambiar es maravilloso (y fundamental). Perspectivas, opiniones, gustos…
Aun si trabajar en Naciones Unidas era algo que antes tenía como inalcanzable y como lo más a lo que podía aspirar, diversos motivos hicieron que tras muchos meses meditándolo, acabase por dimitir y pasar a una nueva etapa de mi vida.
Definiría esta nueva etapa como una en la que me gustaría contribuir a algo en lo que crea profundamente, llevar a cabo algo en línea con mis principios.
Es por ello que me encuentro en el misterioso e intrincado camino de aprender a emprender. Aquí ha sido mi pareja, un inglés al que conocí en Roma, quien ha contribuido enormemente con su visión del mundo, su cultura británica (muy diferente a la española) y su experiencia como emprendedor.
Así es como decidí dejar Roma y acabé en Málaga, donde he estado unos 8 meses. Durante este tiempo he estado asistiendo a cursos, iniciativas y diversos programas relacionados de un modo u otro con el emprendimiento. Ahora mismo me encuentro en Cádiz, donde tras un Máster en creación de empresas, nuevos negocios y proyectos innovadores, decidí cambiar el proyecto que estaba desarrollando.
Ahora (2020) comienzo un Máster en Gestión e Innovación en Cultura Gastronómica, mientras desarrollo esta nueva idea que espero sea pronto una realidad. ¡Ya iré contando por aquí qué tal va!